En estos momento, nada nos interesa más que “la” Copa, la que se juega en Sudáfrica. Pero mientras eso pasa, en la arena política y económica argentina se juega otra Copa mucho más importante para nuestro futuro: la Coparticipación.
El tira y afloja en torno a la coparticipación, en este momento, se centra en dos puntos: el financiamiento de ANSES con fondos que originalmente le corresponden a las provincias, y la distribución de los ATN.
Sobre ANSES, la oposición se queja de que, además de las múltiples asignaciones específicas destinadas al instituto, se le retiene a las provincias el 15% del total de fondos coparticipables. Es decir, la copa se distribuye sobre el 85% de los fondos coparticipables, y no sobre el 100%. El argumento, claro, es que las provincias están financiando a un ANSES que no sólo es superavitario, sino que además usa ese superávit para financiar medidas del Ejecutivo.
El otro punto de discusión es el de los ATN. Recientemente, Cristina anunció el uso de los ATN para cancelar parte de la deuda de las provincias. La medida fue cuestionada básicamente por dos razones: i) en realidad no es una medida de desendeudamiento de las provincias, sino de cobro anticipado por parte de la Nación de parte de la deuda, ii) como la asignación de ATN fue en base a la deuda de cada provincia, las que no tenían deuda no recibieron nada, con lo que se habla de cierto castigo a las provincias con finanzas más ordenadas. A esta crítica yo agregaría que la medida implica una cambio de un activo líquido de libre disponibilidad por uno no líquido y rígido; los ATN se podían usar para financiar cualquier cosa, pero en el marco de la medida del Gobierno sólo se pudieron usar para el pago anticipado de deuda.
En los dos casos, me parece que la oposición se equivoca. En el caso de ANSES, es cierto que el instituto tiene superávit. Y es cierto que el aporte de las provincias está siendo utilizado de manera política por el Gobierno nacional. Pero no se puede desconocer el hecho de que todos los cálculos actuariales indican que ANSES entrará en déficit en no muchos años. Entonces, no se le puede sacar semejante fuente de financiamiento al instituto. Según los diferentes proyectos presentados por la oposición, la pérdida de recursos de ANSES estaría por encima de los $10.000 millones, con lo que ya entraría en déficit este año. Estoy de acuerdo en que hay que restituir a las provincias ese 15%, pero entonces hay que buscar una fuente alternativa para financiar ANSES.
En este punto, aunque usted no lo crea, voy a tener que coincidir con el kirchnerismo; el sistema de seguridad social debe ser el tercer socio del régimen de coparticipación. La cuestión no es quién lo va a mantener, sino que el esquema sea sustentable para las tres patas (Nación, provincias y ANSES).
Sobre lo de los ATN, la cuestión es ambigua. La ley dice, claramente, que los ATN se pueden usar para compensar desequilibrios financieros de las provincias. Uno podría pensar que eso es lo que hizo el Gobierno. Por otro lado, la oposición reclama que los ATN se distribuyan con la misma proporción que la coparticipación. Pero ese no es el espíritu del fondo de ATN; si la idea fuera distribuir esos recursos igual que la copa, porque deducirlos del grueso de la coparticipación? Otro punto débil del reclamo de las provincias sin deuda es que probablemente la buena situación fiscal de esas provincias no sea producto de una buena administración, sino simplemente de una posición relativamente favorable dentro del régimen fiscal federal argentino. Como sea, requiere un estudio un poco más serio del tema.
Está claro que el federalismo argentino no está funcionando. Ya escribí sobre esto en posts anteriores (ahora que tenemos etiquetas, fijarse en las que llevan la de Coparticipación). Pero todas las reformas que propone la oposición apuntan simplemente a incrementar la correspondencia fiscal, desconociendo otros problemas como la falta de criterios objetivos en la coparticipación o la falla de mecanismos de coordinación, a la vez que agravan problemas como la falta de solidaridad del régimen.
Tanto el oficialismo como la oposición tienen el problema de que proponen soluciones muy parciales a problemas puntuales de la coparticipación, en lugar de trabajar en reformas más amplias. Se suelen proponer soluciones a esos problemas, pero se omite olímpicamente la evaluación de los nuevos problemas generados por esas “soluciones”.
De cara a 2011, sería una buena idea aprovechar los primeros meses del nuevo Gobierno para avanzar en un nuevo régimen de coparticipación, bajo los preceptos de un esquema tripartito, objetivo, automático, eficiente, solidario y equitativo. Parece mucho, pero hay buenos ejemplos internacionales de los que partir. Germany, I’m looking at you.
jueves, 10 de junio de 2010
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una de las clásicas quejas del oficialismo: "que me traigan una idea mejor"...con lo que cómo economista concuerdo. Si vas a sacar algo, entonces sugerí como financiarlo, a quién cagas, o similar.
ResponderEliminarExactly. Lo que reclama la oposición es correcto, pero los cambios que proponen tienen costos. Esa es la parte que omiten tomar en cuenta.
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