Ahora que el poder de los K está más cerca del arpa que de la guitarra, el hormigueo dentro del PJ nos recuerdan algunos de los axiomas de la vida política argentina. A saber:
1) El PJ tiene una capacidad asombrosa para transformarse en su propia oposición cuando se viene un cambio de liderazgo.
2) El PJ no soporta por mucho tiempo ser liderado por un perdedor (recordar que las dos últimas elecciones en que Néstor se presentó como candidato perdió, contra Convertibility Man y contra Tinelli, digo De Narváez).
3) Cuando el PJ completa su proceso de autodeglutimiento y digestión, excreta (no me lo vayan a tomar como una ofensa los pejotistas) un nuevo candidato, que encolumna a casi todo el partido (salvo los más identificados con el liderazgo anterior) y que es capaz de dar pelea en una elección nacional, presentándose, paradoja argentina, como el cambio.
Por más que Hugo “Jabba el Hutt” Moyano desmienta la oposición dentro del PJ hacia Néstor, los axiomas no se violan, y el proceso es tan previsible como inevitable. En mi humilde opinión, Néstor no tiene ninguna chance de ganar una interna del PJ, porque sus correligionarios saben que no tiene oportunidad de ganar una elección nacional. Así que lo único que queda es ver como los pejotistas se devoran entre ellos y esperar a ver qué criatura política (léase candidatura) excretan. Se aceptan apuestas.
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