Contra todo pronóstico, anoche no se me cortó la luz. Finalmente, la Divina Providencia me sonrió y el apagón les tocó a algunos otros pobres desgraciados, entre los que se encuentra mi colega Cole Trickle. Nada mejor que empezar un sábado sabiendo que tu bienestar fue logrado a costa de otros. Alguna otra noche me lo cobrarán.
Ayer, mientras leía sobre la exitosísima gestión de Taiana en China, me acordé del anuncio –en los inicios del kirchnerismo- de las super inversiones que el gigante asiático iba a hacer en nuestro prometedor país. Inversiones que además, iban a cambiar el perfil productivo de Argentina. Ya sabemos cómo terminó el asunto; lo único que China pudo cambiar en el país fue la nacionalidad de los dueños de los mercaditos.
Ese recuerdo me empezó a traer otros recuerdos de anuncios rimbombantes que, o nunca se concretaron, o fueron un total fracaso. Acá una lista de los que me acuerdo (tocando de oído).
1) Viedma, nueva capital nacional: Qué se le va a hacer Don Raúl, alguna le tenía que tocar. En uno de sus arranques de verborragia, el último radical carismático (y uno de los 3 en la larga historia de la UCR) propuso mudar la Capital al Sur. La idea era buena, pero Dios atiende en Buenos Aires y no tenía ganas de mandar a imprimir nuevas tarjetas por un cambio de domicilio.
2) Aeroisla: Seeee… empezamos el día recordando los felices ’90. En esa época sí que se tiraban ideas con onda. La de la aeroisla era una de ellas. Ya sabemos cómo terminó; en nada, con accidente de LAPA de por medio. Lástima que, esta vez, Menem no lo hizo.
3) Argentinos en la estratósfera: Cómo olvidar el famoso discurso en que Carlos Saúl nos explicó cómo íbamos a poder llegar, en tan sólo una hora y media, a Japón o Corea o el Bajo Flores. Me hubiera venido bárbaro, una hora y media es más de lo que tardo en ir de mi casa al trabajo.
4) Blindaje: A fines de 2000, la Alianza tenía un problema; todo se iba a la mierda. Entre los muchos manotazos que se dieron en esa época, el Blindaje, un préstamo del FMI para garantizar a los bonistas el pago de las obligaciones (opa, me recuerda a algo más reciente), fue la gran carta aliancista para alejar los temores del default. Un año después, la medida probaba ser tremendamente exitosa. Lo más increíble es que el Blindaje, a través de una agresiva campaña publicitaria, realmente había generado esperanzas. Lo más inverosímil fue cuando, en medio de los saludos navideños de aquel año, un entonces compañero del secundario (teníamos 17 años) me tiró algo así como “Vamos a tener un buen año gracias al Blindaje”. Creo recordar que para esa época yo ya no creía en cuentos de hadas.
5) El que depositó dólares recibirá dólares: Este fue un típico caso de suicidio político. Cualquier persona con sentido común sabía que era imposible devolver los préstamos en dólares en el corto-mediano plazo. Pero Eduardo “Umpa-Lumpa” Duhalde no pudo consigo mismo y lanzó una promesa que puso a su Gobierno aún bajo más presión. Resultado: 1,40+CER y el origen de todos los malos del INDEC.
6) Invasión Maoista: Allá por 2004, nos visitaba Hu Jintao. Al parecer, Néstor quería sacar alguna bomba de esa visita, y lo logró: el presidente de China se comprometió, de palabra, a realizar inversiones por US$ 20.000 millones en sectores claves de la economía argentina, con la premisa de modernizar la estructura productiva del país. De todo eso, no llegó casi nada. La promesa de Hu Jintao, se ve, pertenece a la familia del “Que no se corte” que prolifera cuando uno termina algún estudio o se cambia de trabajo.
7) Tren bala: No podía faltar. Iba a ser un salto a la modernidad, pero todo se quedó en un lindo currito de comisiones. Aparentemente, los estudios de viabilidad fueron lapidarios. No hay mucho que decir, un absurdo por donde se lo mire.
En fin, soy argentino, así que mentime que me gusta.
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