Aliados para la chapuza

Según los medios, la oposición prepara la presentación de un proyecto de ley, que habilita el uso de las Reservas para el pago de los vencimientos de deuda, aunque con un control estricto del Congreso, a diferencia de lo que establece el DNU del Fondo del Bicentenario (me niego rotundamente a llamarlo Fobic).

Ahora bien, el hecho de que el uso de las Reservas en el pago de la deuda esté marcado de cerca por el Congreso de la Nación, resuelve los vicios del Fondo del Bicentenario? No way. Al menos, no si el proyecto es lo que trascendió en la prensa.

Siempre basándonos en los trascendidos de prensa, hay algunos problemas elementales que la oposición parece no entender. El primero, tan básico que parece una obviedad decirlo, es que el control del Congreso NO SIGNIFICA CONTROL DE LA OPOSICIÓN. A ver, hoy la oposición tiene mayoría en el Congreso, perfecto, pero eventualmente un próximo Gobierno puede quedar con mayoría propia… y donde queda entonces el control? Pedir control del Congreso no garantiza el uso responsable de los recursos, porque no garantiza un control verdadero.

El segundo problema grave que no resolvería el control del Congreso es el incentivo a la devaluación que el concepto de reservas excedentes genera. Si la ley legitima el concepto de reservas excedentes, entonces se pierde la capacidad para moderar la cantidad de recursos que se le pueden sacar al BCRA. Si quieren usar las Reservas, lo primero que tienen que hacer es eliminar el concepto de reservas excedentes e implantar criterios razonables, objetivos, transparentes y no manipulables que limiten la extracción de recursos del BCRA.

El tercer gran problema es que si se usa la plata del BCRA, no importa para qué, tendrá un efecto monetario e inflacionario. Sin importar su destino, la utilización de los dólares del BCRA liberará partidas del Presupuesto que financiarán un crecimiento del gasto por encima de lo debido y sostenible. Adicionalmente, la eventual liquidación de parte de las Reservas del BCRA para ser utilizadas internamente generarán una devaluación adicional del peso y un incremento de la liquidez de la economía. Todo esto, una vez más, va a ir a parar a inflación. La capacidad del Congreso de frenar esto es CERO, porque sin importar el destino, el uso de las Reservas libera partidas del Presupuesto.

El cuarto problemita sin solución con el simple control del Congreso es el de los embargos. De nuevo, si el Congreso controla el uso de las Reservas por parte del Ejecutivo, se estará validando la no separación entre el Tesoro y el BCRA. Es decir, reconociendo como cierta la hipótesis del alter ego usada por las bonistas litigantes en sus pedidos de embargo a las Reservas.

Como corolario, la oposición otra vez se queda en las cuestiones de forma. Parece que lo único que les importa es mostrar una victoria en el Congreso, y no avanzar en una solución de fondo en el problemas del uso de las Reservas y de la deuda.

Para dejarlo claro, la única solución real que tenemos es no usar las Reservas para pagar deuda del Tesoro. Si hay problemas fiscales, lo que hay que hacer es realizar el correspondiente ajuste, complementándolo con la reinserción de la Argentina en los mercados financieros para poder mejorar nuestro perfil de vencimientos. Todo lo demás es tongo.