El (sub)Desarrollismo al poder

Un nuevo paso en la absorción por parte del Poder Ejecutivo del Banco Central. Ya sabíamos que Blejer no iba a ser el presidente del BCRA (ninguna persona que no sea insultada por la calle aceptaría un puesto de los K a esta altura del partido), pero reconozco que no esperaba el nombramiento de alguien como Mercedes “Si el Estado no es Dios le pega en el palo” Marcó del Pont.
Voy a ser más específico. Mercedes Marcó del Pont suele identificarse a sí misma como desarrollista. El Desarrollismo es un cuerpo teórico que en la Argentina comenzó a ganar lugar en los ’50, tras el derrocamiento del General, de la mano de Frondizi –su brazo político- y Rogelio Frigerio –su brazo intelectual-. Muy en general, las ideas desarrollistas indicaban que la Argentina necesitaba un tremendo shock de inversiones para poder salir del ciclo de stop and go que caracteriza históricamente a nuestro cada vez más subdesarrollado país.
Uno puede o no estar de acuerdo con el Desarrollismo. A mí particularmente me parece que es una teoría inconsistente consigo misma, porque para su éxito requiere un volumen de inversión que de ninguna manera es compatible con los métodos intervencionistas y estatistas que conforman la caja de herramientas del policy maker desarrollista. Pero admito que es discutible, y que esa conclusión depende de lo que cada uno crea que son los determinantes de la inversión. Dicho esto, la evidencia histórica está más en mi favor que del lado desarrollista.
Lo grave es que, justamente, las teorías desarrollistas son inconsistentes con el BCRA tal y como venía funcionando. Más aún, esta extremista del estatismo impulsó hace unos años un proyecto de reforma de la Carta Orgánica del BCRA para transformar al organismo en una pieza más del Poder Ejecutivo, digamos, como cualquier ministerio. Cuando Cristina “Coma cerdo” Fernández nombra a Mecha en el BCRA, está dando la señal clara de que van a ir a fondo con la reforma del BCRA, y que aún cuando no lo logren en el Congreso, va a haber un insider que les va a garantizar el manejo ilegal del Banco por debajo de la mesa.
Voy a ir un poco más allá: la designación de Marcó del Pont al frente del BCRA no es demasiado diferente de las designaciones de Edwin o Itzcovich en INDEC. En ambos casos, la persona designada carecía claramente de la formación necesaria para ejercer su cargo y, además, creen que el organismo que dirigen debe hacer algo diferente a lo que marca la ley y los manuales internos de procedimiento. En otras palabras, Marcó del Pont llegó al BCRA para transformarlo de hecho –y eventualmente con el respaldo de una nueva Carta Orgánica votada gracias a la presión sobre los gobiernos provinciales- en lo que no debe ser; un proveedor de caja del Tesoro.
Por lo pronto, en estos días voy a ir a sacarle una foto a las Reservas… sospecho que si no me apuro no las voy a ver más.