Hasta ahora, en las dos elecciones provinciales de este año los resultados favorecieron al oficialismo. En Catamarca, el candidato semi oficialista (digo semi porque no era del FpV, sino de un conglomerado que lo incluía) ganó y desplazó al radicalismo del poder. En Chubut, el candidato del Gobierno no ganó, pero hizo una elección muy superior a la prevista, y dejó en ridículo a Das Neves y al Peronismo Federal. Ni hablar de la UCR, que quedó tercera cómoda pese al apoyo que Alfonsín y Sanz le dieron a Peralta. Esa es la lectura optimista para el kircherismo.
La lectura negativa es que en ambas jurisdicciones el oficialismo perdió votos con respecto a lo que obtuvo en 2007. Veamos, en 2007 el kircherismo ganó en Catamarca, de la mano del ahora rival Brizuela del Moral (radical K), con el 59,36%. En 2011, si el caudal de votos se mantiene, sacaría el 48,3%. En tanto, en 2007 Das Neves aportó a la causa kirchnerista una victoria por el 71,63%, mientras que ayer el candidato del FpV sacó 37,1%.
Es cierto, son dos distritos chicos; mientras en 2007 estas dos provincias le aportaron a Cristina 1,2 puntos, en 2011 le aportarían 0,8. En términos agregados la diferencia parece poca. Pero no hay que olvidarse que en 2007 Cristina no sacó el 70% de los votos, sacó el 45,29%. De mantenerse esta tendencia, no es obvio que llegue al 40% de los votos (descuento, en este momento, que le sacará 10 puntos al segundo), de hecho lo veo muy ajustado el tema. La verdad es que, a día de hoy, me parece que el escenario más probable es que vayamos a una segunda vuelta, donde ahí sí Cristina ganaría sin mayores problemas. Eso siempre que en la primera saque por encima del 35%, lo que en este momento parece fácil.